Etica en IA: desafíos para la logística

Uso ético de la IA en Logística: 3 desafíos clave para el sector

La inteligencia artificial (IA) está redefiniendo la logística global, prometiendo eficiencias sin precedentes en la optimización de rutas, gestión de inventarios y automatización de centros de distribución. Para los profesionales de medianas y grandes empresas chilenas, que buscan innovar en sus cadenas de suministro, la adopción de la IA no solo representa una oportunidad tecnológica, sino también un imperativo ético. Abordar de manera proactiva los desafíos inherentes al uso ético de la IA es fundamental para garantizar un desarrollo sostenible y justo en el dinámico mercado local.

Sesgo y equidad

Los algoritmos de IA aprenden de vastos conjuntos de datos, y si estos datos históricos reflejan prejuicios humanos o desigualdades existentes, la IA puede perpetuarlos o incluso amplificarlos. En el contexto logístico chileno, esto podría manifestarse en algoritmos de optimización de rutas que, sin querer, desfavorecen ciertos sectores en la asignación de entregas, o en sistemas de gestión de fuerza laboral que, basados en datos pasados, asignan tareas de manera sesgada, impactando negativamente la equidad laboral. Para evitarlo, las empresas deben asegurar la diversidad y representatividad de sus datos de entrenamiento, y auditar constantemente los resultados de la IA para identificar y mitigar cualquier sesgo indeseado.

Transparencia: ¿Cómo se toman decisiones?

Los sistemas de IA operan como «cajas negras», tomando decisiones complejas sin ofrecer una clara justificación de cómo llegaron a ellas. En una operación logística, entender por qué se eligió una ruta específica, por qué se predijo una cierta demanda o por qué se asignó una tarea a un determinado recurso, es vital para la confianza, la depuración de errores y la rendición de cuentas. Para las empresas chilenas, la falta de explicabilidad no solo puede generar desconfianza entre empleados y clientes, sino que también podría dificultar el cumplimiento de futuras normativas sobre el uso de la IA, exigiendo que las decisiones algorítmicas sean comprensibles y auditables.

Responsabilidad y el impacto laboral

A medida que la IA y la automatización se integran más en los centros de distribución, surgen preguntas sobre quién es responsable cuando un sistema autónomo comete un error o una decisión optimizada por IA tiene consecuencias negativas. Más allá de la responsabilidad, está el impacto en la fuerza laboral. La IA transformará roles, y si bien creará nuevas oportunidades, también podría desplazar a trabajadores. Las empresas chilenas tienen la responsabilidad ética de planificar esta transición, invirtiendo en programas de capacitación y reskilling para sus equipos, asegurando que la adopción de la IA sea una oportunidad para el crecimiento profesional y no una amenaza de obsolescencia.

La implementación de la inteligencia artificial en la logística chilena no es solo una cuestión de eficiencia, sino de ética empresarial. Los profesionales del sector deben adoptar un enfoque proactivo, integrando consideraciones de sesgo, transparencia y responsabilidad laboral desde el diseño hasta el despliegue de soluciones de IA. Solo así podrán capitalizar plenamente los beneficios de esta tecnología, construyendo cadenas de suministro no solo más inteligentes, sino también más justas y sostenibles, consolidando la confianza con sus colaboradores, clientes y la sociedad en su conjunto.

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